No tiene nada de extraño que la ignorancia campee de forma tan descarada en nuestra sociedad. El conocimiento se ha vuelto irrelevante. No solo por los sesgos cognitivos, sino porque la ignorancia es atrevida y el imperio de las emociones deja de lado cualquier criterio válido.
Las cosas deben llamarse por su nombre. Una de las señales de los gobiernos o personas autoritarias es cambiar el nombre real a las materias cuyo calibre disfrazan mediante eufemismos. Si no está seguro del significado de eufemismo, léalo en el Diccionario de la Lengua Española. ¿Fue genocidio, por ejemplo, llevar a la muerte a miles de armenios a principios del siglo XX por Turquía?
Por qué genera tanto conflicto llamar “genocidio” a la matanza de armenios en Turquía – BBC News Mundo
Al cumplirse 100 años de la matanza de armenios en Turquía, aún el mundo se debate sobre si existió o no un genocidio, manteniendo abierta una herida en ambas naciones y siendo fuente de conflictos internacionales.
George Orwell escribió la novela 1984 para advertirnos de los peligros del pensamiento totalitario: manipulación de la historia, lengua ajustada a intereses ideológicos (ahora se llama lenguaje inclusivo), control del pensamiento (noten que ahora se están modificando los libros), demonización de quien piensa distinto y castigo a estos (cultura de la cancelación y persecución laboral, social o estatal), etc. Todo con la excusa de una buena causa, la excusa de todos los tiranos como decía el mismo Orwell. No lo olvide, ya lo advirtió Aristóteles: quienes siguen a un líder aún contra la ley justa son como animales.
Muchos creen que «pueblo» es una palabra mágica, cuando en realidad es un comodín que se usa para no especificar personas (existe una falacia denominada ad populum, se usa cuando se invoca la mayoría como criterio emocional en lugar de argumentar de fondo). Se refieren en realidad a masas y, como en un culto idólatra, se confían a estas siendo que las masas se caracterizan por su pobre criterio, lo que en rigor las convierte en materia prima de demagogos. En la antigüedad, se advertía que para ser sabio había que colocarse aparte de las masas.
La sociedad se ha estado destruyendo por la primacía de las emociones sobre el criterio. Como se ha confundido educación institucional (escuela, colegio, universidad) con formación, es que se llega a enseñar a odiar en instituciones mal llamadas educativas. Por ejemplo, como hacen las madrasas islamistas (me refiero a las radicales, no olviden que una cosa son los musulmanes y otra los islamistas radicales). Que las emociones pueden ser un gran problema lo sabían los antiguos. Cicerón, por ejemplo, nos advertía de lo grave que era que primaran las emociones sobre cualquier razonabilidad.
Las personas raramente piensan bien las cosas, se han rendido, a veces sin darse cuenta, a los sesgos cognitivos. Han decidido creer esto o aquello, y punto, y con tan endeble sustento a veces hasta matan. Hablemos de sesgos cognitivos.
A ver si dejamos de ser tan burros. No se argumenta emocionalmente, como los demagogos, sino con buena información, la cual sí es el camino del buen éxito, no del éxito de los cretinos (quienes pueden llegar bien alto, y lo hacen). A veces no es posible tener la suficiente pero eso es otro asunto: hay entonces que administrar racionalmente la incertidumbre y no dormirse en un relativismo culpable.
‘Hombres, los odio’: el libro feminista que causa revuelo en Francia (Published 2021)
Pauline Harmange se está adaptando al éxito y la reacción de su primer libro, uno de los pocos títulos de Francia que sugieren un enfoque más franco del sexismo y la violencia de género.
Comparto mi video sobre el problema de la tranquilidad de conciencia y el peligro que esta representa cuando no es auténtica. Necesariamente incluye una perspectiva de derecho natural y de cristianismo.
Nuestra sociedad se está destruyendo porque no hemos desarrollado y aplicado una correcta perspectiva de la conciencia moral.
LA TRANQUILIDAD DE CONCIENCIA NO BASTA por Lucas Abrek
La tranquilidad de conciencia es uno de los principales peligros de la sociedad, porque puede estar retorcida o simplemente equivocada. Tanto desde lo laico,…
Y de religión. No solo porque nuestra sociedad se basa en política y religión (incluso hay religiones laicas) sino porque al no hacerlo otros sí lo hacen en provecho propio.
Esto es un ejercicio de aplicación de hermenéutica de la disposición crítica, la que propongo en mi libro «La tragedia de la sociedad sin criterio». El primer momento es lo que he denominado «primera comprensión»; cuando el objeto de estudio es un texto, lo primero es la primera comprensión de la literalidad.
La primera comprensión de la literalidad es el ejercicio de reconocer el texto escrito como está escrito.
Un texto puede ser claro y la primera comprensión de la literalidad puede no representar problemas. Pero, en el terreno de la primera comprensión crítica, podemos enfrentarnos a un texto tendencioso, es decir, que no es neutral en su planteamiento sino que induce a cierta posición por parte del lector debiendo ser imparcial, por ejemplo. Ilustremos con casos particularmente graves en cualquier parte del mundo, como los mecanismos de participación ciudadana.